Las despiadadas musas

Tengo la ligera sensación, que la diosa inspiración solo viene a mi cuando estoy bajo presión, y hay que callar alguna que otra boca

martes, 18 de mayo de 2010

A Guadix

Si puedes mantener la cabeza sobre los hombros cuando todos la pierden y te echan la culpa;

Si confías en ti mismo, aún cuando todos de ti dudan, pero, aún así tomas en cuenta sus dudas;

Si puedes soñar y no hacer de tus sueños tu guía;

Si puedes pensar, sin hacer de tus pensamientos tu meta;

Si triunfo y derrota se cruzan en tu camino y tratas de igual manera a ambos impostores;

Si puedes hacer un montón con todas tus victorias;

Si puedes arrojarlas al capricho del azar y perder, y remontarte de nuevo a tus comienzos sin que salga de tus labios una queja;

Si logras que tus nervios y tu corazón sean tu fiel compañero, y resistir, aunque tus fuerzas se vean menguadas, con la única ayuda de la voluntad que te dice: ¡Adelante!;

Si ante la multitud, das a la virtud abrigo;

Si aún marchando con reyes, guardas tu sencillez;

Si no pueden herirte ni tus amigos, ni enemigos;

Si todos te reclaman y ninguno te precisa;

Si puedes llenar un implacable minuto con sesenta segundos de combate bravío, tuya es la tierra y sus codiciados frutos, y lo que es más importante, serás un hombre, hijo mío.

P.D.: Lo prometido es deuda, ya sabes

3 comentarios:

  1. Gracias ^^

    Espero que te haya gustado tanto como a mí, esta poesia, te recomiendo que te leas El libro de las tierras vírgenes, del mismo autor.

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  2. Lo adoro
    Supongo que diré gracias, en nombre de Guadix, por que ella va a estar un poco...ausente.

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